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MEDICINA CHINA. Órganos y emociones

Actualizado: 20 ene 2021

La medicina tradicional china relaciona 5 órganos internos con 7 emociones: tristeza y melancolía, euforia, ira, preocupación, miedo y terror. De hecho órgano/emoción no es realmente una relación, es una unidad.


La mtc distingue 6 órganos yin: hígado, corazón, pericardio, bazo-páncreas, pulmones y riñones. Y 6 órganos yang: vesícula biliar, intestino delgado, calentador triple, estómago, intestino grueso y vejiga. Los primeros se definen con forma más sólida y compacta y producen, transforman y almacenan diferentes tipos de energía.

Los órganos yang se definen con forma hueca y sus funciones principales son la digestión de los alimentos y todo tipo de eliminación. A cada órgano yin se le asocia su correspondiente órgano yang. Además, según la mtc existen otros órganos llamados extraordinarios que son el cerebro, el útero, la médula, los huesos, los vasos sanguíneos, y la vesícula biliar, ésta última también considerada órgano yang.


Las causas externas de la enfermedad son provocadas por seis factores climáticos: el calor, el fuego, el frío, la humedad, el viento y la sequedad. Estos factores externos provocan un desajuste yin/yang y originan una disfunción energética.


Las causas internas de la enfermedad se originan a partir del desequilibrio energético provocado por siete emociones que se asocian a cinco órganos internos; La relación órgano/emoción es la siguiente: los dos pulmones y los dos riñones por tratarse de una pareja de órganos se les asocia también una pareja de emociones: la tristeza y la melancolía, y el miedo y el terror respectivamente. Por otro lado, al bazo no se le relaciona ninguna emoción, este órgano que se identifica con el movimiento energético tierra, se sitúa en el centro. Consecuentemente se le asocia una facultad intelectiva como es la reflexión. El corazón se relaciona con la euforia y el hígado con la ira.


VISIÓN HOLISTICA

La mtc analiza la relación órgano/emoción desde una perspectiva diferente a la medicina occidental. La razón principal es que la cultura oriental interpreta el cuerpo y la mente como una sola unidad psicofísica. Por lo tanto, los órganos se comprenden como una esfera funcional fisica-emocional-mental. La forma anatómica solamente confiere funciones fisiológicas.

En mtc todas las enfermedades físicas, emocionales y mentales se diagnostican como una disfunción de la energía del ser humano.


Todo lo que le acontece al ser humano que es unidad psicofísica es evidentemente psicosomático o somatopsíquico, no es posible separar estos dos campos. El desequilibrio afecta a la entera unidad del sistema energético. De hecho, la energía esta comprometida tanto en las manifestaciones orgánicas como emocionales y supone una crisis en la biografía de la persona. Se puede estar hablando de psicosomática o de somatopsíquica, es lo mismo, no hay un predominio preestablecido.


Lo cierto es que en función de la historia de cada persona y el tipo de patologías que presenta hay una mayor o menor tendencia hacia las causas internas o las causas externas. El sistema mantiene un cierto equilibrio, cuando éste se rompe aparece el trastorno, y entonces el síntoma tiene una repercusión a todos los niveles del individuo. Siempre que hay una perturbación del equilibrio energético, aparece el síntoma, y entonces, es necesario comprender que está ocurriendo desde el punto de vista psicosomático.



Las emociones provocan una serie de reacciones fisiológicas por todo el organismo y originan cambios en el ritmo cardíaco y en la presión sanguínea, desajustes en la respiración, alteraciones de la digestión, secreciones de diversas hormonas y liberación de neurotransmisores en el cerebro y sistema nervioso. Cuando una determinada reacción emocional es repentina y explosiva, o, cuando se prolonga hasta hacerse crónica, entonces, causa una serie de reacciones fisiológicas graves que dañan la energía del órgano relacionado, desequilibrando todo el sistema energético.


Consecuentemente, la energía protectora que explica la mtc que es el equivalente al sistema inmunológico de nuestra medicina occidental se debilita por las emociones que son la causa interna de enfermedad. Está claro que las emociones son mentales y físicas a la vez y ejercen influencias reciprocas entre sí.


Madera: hígado/ira

La relación órgano/emoción del hígado/ira es el resultado de la expresión de la misma dinámica energética denominada madera que se caracteriza por una energía generadora y elástica que es expansiva. A nivel físico el hígado almacena la sangre y regula la circulación y distribución uniforme de la energía. También ejerce una función de control sobre el tejido tendíneo y sobre la uñas. El hígado emerge en los ojos. Por otro lado, la vesícula biliar que almacena y excreta la bilis está asociada con el hígado.


A nivel psicosomático los frecuentes ataques de ira dañan el hígado, daño que a su vez hace mayor la tendencia a la irascibilidad. De hecho, se establece una rueda sin fin de energía emocional destructiva que se auto perpetúa.


A nivel somatopsíquico el equilibrio de la energía hepática remarca la cualidad de la amabilidad y bondad. Sin embargo, una carencia de la energía yin facilita que la energía yang del hígado empiece a quemar como un incendio descontrolado, provocando, ira, rabia y agresividad. La energía yang asciende en pequeñas descargas hasta llegar al corazón, residencia de espíritu, produciendo migrañas, dolor de cabeza, mareo y confusión mental. Si la hiperfunción energética persiste se pueden generar piedras en la vesícula biliar. La carencia de energía yang acrecienta la energía yin del hígado, es decir la incapacidad de encolerizarse lo que se expresa mediante un comportamiento irónico y sarcástico y una actitud cínica frente la vida. La irritabilidad no manifestada se puede convertir también en frustración. El sujeto que expresa una ira violenta y agresiva desencadena afán de venganza, resentimientos y culpabilidad.


La energía equilibrada y generadora del hígado favorece una personalidad con gusto por el crecimiento, entendido como trabajo de superación o ambición sana. Aporta una clara visión de futuro con gran capacidad para planear y tomar decisiones. Como el hígado está relacionado con la visión, favorece la memoria visual, la fantasía y la imaginación. Es el espíritu de iniciativa, emprendedor y explorador. El hígado es la casa del alma (Hun), este nivel energético es el que desvía hacia el cuerpo y por tanto somatiza los excesos de las emociones, con la misión de proteger al corazón.


Fuego: corazón/euforia

La relación órgano/emoción del corazón/euforia es el resultado de la expresión de la misma dinámica energética denominada fuego que se caracteriza por una fuerza ascendente que tiende a propagarse con rapidez, la energía calienta y tiende a elevarse, se mueve hacia arriba, es como la llama del fuego. A nivel físico el corazón regula la sangre y controla los vasos sanguíneos. El corazón emerge en la lengua. El intestino delgado que separa lo puro de lo impuro se asocia al corazón. El pericardio protege al corazón y se asocia con el calentador triple que es un órgano que no tiene equivalencia en anatomía occidental pues tiene una función puramente energética dado que coordina la transformación y el transporte de los fluidos del cuerpo además de regular la función térmica de todo el organismo.


A nivel psicosomático los estados de agitación perjudican al corazón, por lo que éste tiene propensión a generar todavía mayor euforia creando un circulo vicioso que no tiene fin.


A nivel somatopsiquico el equilibrio de la energía cardíaca induce a un estado de serenidad y generosidad: se sabe dar y recibir amor. Si el corazón sufre un desequilibrio energético se origina un comportamiento de sobreexcitación, eufórico, de agitación o alegría desmesurada, el humor se vuelve variable y va de un extremo a otro, se pueden alcanzar estados de histeria. Se pierde totalmente el control. En el caso limite se llega a la pasión desmesurada y fanatismo. La persona puede volverse influenciable. Surgen dificultades para comunicarse comprensiblemente, se balbucea, incluso se tartamudea. La energía del corazón fluye más lenta y se congestiona, provocando irregularidades en el ritmo cardíaco que se traducen en palpitaciones, taquicardias, nerviosismo e insomnio.


La energía equilibrada y expansiva del corazón favorece una personalidad con claridad de ideas, con gran facilidad de comprensión y asimilación; comunicativa. El espíritu (Shen) habita en dos residencias: en la frente y en el corazón; en la primera residencia, el espíritu discierne los acontecimientos de la vida y toma conciencia de ellos, en la segunda residencia el espíritu equilibra todos los sentimientos y es capaz de expresarlos con sinceridad.


Tierra: bazo/preocupación

La relación órgano/emoción del bazo/preocupación es el resultado de la expresión de la misma dinámica energética denominada tierra que se caracteriza por una fuerza que sube y baja uniformemente. Es una energía estabilizadora. A nivel físico, el bazo-páncreas que se localiza justo en el centro del tronco, regula la transformación y el transporte de la energía, además, controla el tejido muscular. El bazo-páncreas emerge en la boca. El estomago que recibe y procesa los alimentos se asocia al bazo. La energía ascendente del bazo-páncreas con la energía descendente del estomago, confieren al conjunto una estabilidad energética.


A nivel psicosomático la medicina occidental también reconoce la conexión entre preocupación crónica y trastornos estomacales tales como las ulceras y la indigestión.


A nivel somatopsíquico el equilibrio de la energía del bazo-páncreas alimenta las virtudes de la compasión y la empatía. Al conjunto bazo-páncreas no se le asocia ninguna emoción si no aspectos meramente intelectivos, de hecho, cuando sucede un desajuste energético y el bazo-páncreas, está en vacío, se desarrolla una excesiva preocupación y una persistente fijación mental en algún problema concreto que mantiene constantemente ocupada la mente y aquí cabe cualquier tipo de preocupación crónica, cuando el desajuste es extremo se sufren obsesiones. El desequilibrio acrecienta la intolerancia, el individuo se aísla y no desea relacionarse. El desajuste energético perjudica la digestión, provoca dolor abdominal y baja la resistencia al privar al cuerpo de energía, todo ello provoca fatiga y letargo.


La energía equilibrada y estabilizadora del bazo-páncreas predispone una personalidad con sentido de la realidad (pies en el suelo) y que posee muy buena capacidad de adaptación al entorno; analiza, sintetiza y procesa todo tipo de conocimiento que transforma en experiencia y que utiliza para superar cualquier situación difícil que se presenta en la vida. El bazo páncreas es la casa del Intelecto (Yi), donde reside el pensamiento lógico y la razón, la crítica constructiva, la reflexión y la memoria.


Metal: pulmones/tristeza

La relación órgano/emoción del pulmón/tristeza es el resultado de la expresión de la misma dinámica energética denominada metal que se caracteriza por un comportamiento centrípeto, cuyas fuerzas que enfrían se mueven hacia el interior, todo lo contrario de la energía expansiva del elemento madera. A nivel físico los pulmones regulan la energía, la respiración y el transito de agua en el cuerpo. También controlan el tejido epidérmico. Los pulmones emergen en la nariz. Por otro lado, el intestino grueso que absorbe lo puro y excreta lo impuro se asocia a los pulmones.


A nivel psicosomático, la respiración superficial y entrecortada que se experimenta durante periodos de ansiedad intensa es un síntoma común conocido tanto por lo médicos occidentales como por los orientales.


A nivel somatopsíquico, el equilibrio de la energía de los pulmones alimenta la integridad y dignidad. Cuando se origina un desajuste yin/yang la energía se congestiona, los pulmones se dañan y se desregula todo el sistema respiratorio. La circulación de la energía altera la respiración y la inhibe, al mismo tiempo, baja la resistencia y debilita el escudo de energía protectora. Entonces aflora la tristeza, la melancolía y el sufrimiento; el individuo pierde la confianza en la vida y afronta el futuro con pesimismo, vive desesperanzado, tiende al aislamiento y a la soledad.