top of page

Tips: AUTOCONOCIMIENTO Y DESARROLLO PERSONAL

Actualizado: 20 ago 2021


A continuación me gustaría compartir contigo algunos de los muchísimos aprendizajes que me ayudaron a conocerme, a hacer esos clicks, a cuestionarme y por tanto a transformarme complenamente. Me ayudaron a ocuparme de mi, a preguntarme quién era realmente y a amarme de manera plena e incondicional:


Tenemos una personalidad configurada por sistemas de creencias que se expresan por medio de emociones que a su vez, se manifiestan en el cuerpo físico.

Nos desconectamos.

Vivimos en automático.

Creemos que somos lo que pensamos. Creemos que somos lo que nuestra mente nos cuenta.

Reaccionamos, nos relacionamos de una forma determinada y tomamos decisiones, llevando las riendas de ello nuestro niño o adolescente herido, creyendo que es lo que somos, dejando que nos sabotee.

Nos alejamos de nosotros, de nuestro verdadero poder, de nuestro verdadero yo.

Nos alejamos de nuestro cuerpo físico, energético y emocional creyendo que simplemente somos así. Dejamos de escucharnos, de sentirnos, de habitarnos. Apagamos nuestra voz interna, dejando que nos condicione el miedo, la inseguridad, incertidumbre, el rechazo y nos desapegamos del amor propio y la compasión. Nos abandonamos a la merced de la sociedad o de las personas con las que nos relacionamos. Nos negamos nuestro lugar.

Culpamos, juzgamos, nos victimízamos, nos convertimos en tiranos, nos despolarízamos, sin preguntarnos porque o para que.

Creamos una capa protectora llamada personalidad, la cual un día tuvimos que crear como protección o adaptación. Nuestro cuerpo físico determina mediante su postura y gestos, su rigidez o flexibilidad, como está nuestro cuerpo emocional.

¿Te escuchas ? ¿Dedicas tiempo a habitarte, a sentirte? ¿Te sientes en conexión con tu cuerpo atendiendo sus mensajes?

¿Niegas tus emociones? ¿Te permites expresar lo que sientes?


Cuando nos hacemos cargo de nuestras emociones y creencias, cuando integramos que somos los únicos responsables de nuestra felicidad, que somos nuestro propio hogar, que no podemos ocuparnos del otro ni hacerle responsable de nuestro mundo interno, si no, hacernos responsables de lo que nuestras creencias y heridas nos cuentan, comienza nuestra transformación.


Todo lo que has vivido hasta este momento presente es perfecto para ti


Atender y descifrar nuestro cuerpo físico y emocional en soledad, en conexión, paz, amor incondicional y compasión con uno mismo es el primer paso para alcanzar el éxtasis.


- Nuestro trabajo es modificar las aptitudes y puntos de vista.


- Cuando tu cambias, todo cambia.

energéticamente tenemos el poder de transformar aquello que nos rodea, ya Sean situaciones o personas, con nuestro trabajo personal.

- Nadie ni nada nos hace daño. Obtenemos en cada momento todo aquello que está preparado para que trabajemos.

La vida no nos pondrá delante nada que no seamos capaces de superar o aprender de ello.

Practicar el perdón y el amor incondicional entendiendo que cada persona lidera su propia batalla interna, con sus creencias limitantes y sus heridas y que nadie nos hace nada.

Entendiendo que esa persona también tiene su proceso personal y tu desde tu paz y amor hacia ti, decidirás poner tu límite o actuar en consecuencia pero siempre desde un lugar de aceptación y comprensión. Sin represión.


Todos estamos en igualdad. Lo que nos separa del otro es nuestra realidad de cómo creemos que deben ser las cosas o como deben actuar con nosotros, haciendo responsables a los demás de nuestra felicidad, entrando en roles de víctima o verdugo, dejando ver nuestra sombra y falsa personalidad.


Nuestra sombra es aquello que vive de manera inconsciente en nosotros pero que solo somos capaces de ver reflejado en otra persona.


Aquí entra el juego la ley del espejo, la cual tiene distintos puntos de vista y es compleja de estudiar.


La ley del espejo nos enseña que todo aquello que nos irrita o molesta del otro, o bien admíramos, es un reflejo de aquellas partes que habitan en nosotros de manera inconsciente, que no las podemos aceptar sin antes hacer un trabajo profundo de introspección, aceptación y sinceridad absoluta con nosotros mismos.

De modo que: vemos la realidad como somos, no como es.

- La realidad es neutra. La realidad que ves es muy diferente a la que otra persona puede ver, ya que aquí entran en evidencia las emociones, creencias y heridas de la infancia o traumas que cada persona lleve a sus espaldas.

Lineas abajo hablaré de manera introductoria de las heridas de nacimiento, donde también hay que identificar cuál es nuestro patrón desde el cual nos relacionamos con el otro.

Existen diferentes tipos de apego; el apego seguro, el apego evasivo y el apego dependiente. Estos dos últimos dejan entrever las heridas emocionales de la infancia y muestran su represión actuando como dependientes del otro y convirtiendo a la otra persona en su esclavo emocional, apareciendo emociones negativas como celos, rabia, frustración, entre otras; con el único objetivo de hacer responsable a esa persona de su felicidad.

El trabajo en este caso está relacionado con la autoestima y la seguridad personal que debe darse uno mismo y entender que el otro no es el responsable de nuestra paz. En el caso del apego evasivo, su herida es similar a la del apego dependiente, con la diferencia de que tiene un miedo tremendo al compromiso.

Es aquí donde tenemos que trabajar con las emociones que nos surjan y ser compasivos con uno mismo y con la persona que nos relacionamos, ocupándonos del trabajo personal que nos pertenece cuando surja un sentimiento negativo y cuestionarnos en que sintonía estamos vibrando, que debemos aprender de esta situación que se manifiesta en nuestra realidad como proyección, para atraer personas que nos muestren nuestras debilidades.


Me ocupo de mi. Si me enfoco en ocuparme constantemente en el otro, lo único que obtendremos es falta de energia, ofuscación, rabia, ira, tristeza, etc.

Solo me puedo hacer responsable de lo que a mi me pertenece.


- Lo que crees lo que creas.

La física cuántica mantiene su certeza de que todo es energía. Con lo que, nosotros, tenemos la capacidad, con nuestros pensamientos, de manifestar la realidad que creemos con firmeza en nuestra mente, tanto de manera positiva como negativa. Y, por ello, es de vital importancia cuidar nuestro lenguaje verbal y la forma que tenemos de comunicarnos con nosotros mismos y con nuestros pensamientos.


- El futuro no existe.

El futuro sólo existe en tu mente. Es ella la que proyecta de manera imaginaria según sus recuerdos, emociones y creencias, aquella situación que no se ha dado o crea expectativas sobre ella.

En este mismo instante solo existe el aqui y el ahora, de modo que los pensamientos repetitivos, el miedo que se activa o la preocupación involuntaria por aquello que todavía no ha sucedido, te da una valiosa información para hacer consciente aquello que está disponible en ti para trabajar.


- Tu no eres tus pensamientos.

Estamos tan desconectados de nuestro mundo interno y del momento presente que nos creemos que somos todo aquello que nos habla nuestra mente. Nuestras creencias limitantes se forjaron en nuestra infancia y en momentos puntuales traumáticos de nuestra vida. Pero recuerda: no son más que limitaciones e información para hacer consciente y trabajarla. Tu eres inmensidad, grandeza, amor y compasión

- Abraza a tu niño interior.

Tu niño interior vive dentro de ti. Tu eres ese niño que en algún momento de su vida fue herido. De modo que actúa compasivamente, dale ese espacio en ti, ámalo, conviértete en su madre y su padre y dale todo el amor y cuidado que necesita. Devuélvele la confianza que un día perdió para que pueda sincerarse contigo y vivir en armonía el presente.

Las heridas de nacimiento se pueden manifestar como rechazo, abandono, injusticia, entre otras. Desde nuestra gestación hasta los 7 años sentimos lo que nuestra madre sentía, y en estos primeros años de vida creamos nuestro campo emocional, dependiendo del trato que hayamos recibido o como de amorosos o atendidos nos hayamos sentido. A partir de ese momento hemos tenido que adaptarnos, a creernos lo que nos contaban o nos contábamos, a reprimir emociones, las cuales de adulto se manifiestan como destino. Por ejemplo, un niño sobreprotegido, de adulto será incapaz, un niño abandonado física o emocionalmente, de adulto buscará afecto de manera impulsiva regalando su poder personal al otro, o un niño que ha sido rechazado de manera constante creerá que hay algo mal en él y crecerá con un sentimiento de vergüenza y le costará crear vinculo. Estos son ejemplos muy abreviados, ya que El Niño interior y sus heridas es un tema muy personal y extenso, que puedes encontrar en muchos libros, (Abraza a tu niño interior o transforma las heridas de tu infancia; los recomiendo muchisimo), formaciones, talleres o en terapia


- Sufrimos por lo que sentiríamos si el otro nos falta.

Muchas veces sentimos, dolor, rabia, tristeza, desconsuelo y otras emociones que esconden un miedo profundo a encontrarnos a solas con nosotros mismos y a vivir aquello que sentiríamos si el otro nos falta. Es por ello que nos volvemos celosos, impulsivos, controladores...


En la soledad nos encontramos, nos escuchamos y nos sentimos. Y eso, a veces, es demasiado aterrador. En la soledad reside nuestra verdad. En la soledad nos podemos reconstruir y cuestionar. La soledad bien gestionada puede ser tu gran aliada.

- Todo es temporal.

No podemos controlar nada. Nada ni nadie nos pertenece.

Todo lo que aparece en este momento es perfecto para ti.


- Me gustaría recordar que:

El odio, los celos, el rencor, la rabia, la ira, etc; son emociones nuestras. Nada ni nadie nos hace daño. Simplemente nos las activan como proyección para recordarnos que hay información pasada con la que estamos preparados para trabajar. En un momento las tuvimos que reprimir para sobrevivir. En un momento tuvimos que adaptarnos a ellas y crear una falsa personalidad. Dejando de sentir, anulándolas o eliminándolas como si nada hubiese pasado. Pero, para tu expansión y evolución, habrán situaciones que te reactiven esa emoción, y pensarás probablemente que no las entiendes, que es culpa del otro, te victimizas, le culpas.


Con un trabajo de auto observación podrás conectar sinceramente y sin juicio con ese momento concreto que te creó el trauma y al recordarlo verbalizarlo y liberarlo podrás adquirir la transformación y la compasión hacia ti y la comprensión de la situación.